sábado, 16 de enero de 2016

Juana de Lestonnac: Una vida dedicada a la fe, la familia y el servicio a los demás


Juana de Lestonnac nació en la ciudad de Burdeos, Francia, en el año 1556. Fue hija de Ricardo de Lestonnac y Juana Eyquen de Montaigne, una familia de noble linaje y firmes valores. Desde temprana edad, Juana demostró ser una niña excepcionalmente inteligente, con una personalidad noble y un profundo sentido espiritual. Su tío, el célebre humanista Michel de Montaigne, desempeñó un papel crucial en su formación, proporcionándole una educación intelectual amplia y fortaleciendo su fe católica, un pilar esencial en la vida de Juana (García, 2018).

A los 17 años, Juana contrajo matrimonio con Gastón de Montferrand Landirás el 22 de septiembre de 1573. En su nuevo hogar, demostró ser una mujer hábil en la gestión doméstica y dotada de una serenidad admirable frente a las adversidades. Su carácter generoso y comprensivo le permitió cultivar relaciones armoniosas con quienes la rodeaban. Juana y Gastón vivieron años felices y fructíferos, durante los cuales tuvieron ocho hijos. Lamentablemente, tres de ellos fallecieron en la infancia, quedando cinco que alcanzaron la adultez: dos varones y tres mujeres. Como madre, Juana se destacó por combinar dulzura y disciplina en la crianza de sus hijos, inculcándoles valores profundos y una admiración por lo cotidiano como reflejo de la sabiduría divina (Martínez, 2020).

En 1597, a los 41 años, la vida de Juana dio un giro dramático al enviudar tras la muerte de su esposo. A esto se sumaron las pérdidas de su hijo mayor, su padre y su tío en un corto período de tiempo. Viuda y con cuatro hijos en edades complicadas, asumió con fortaleza la responsabilidad de educarlos y guiarlos en la vida. No obstante, su espíritu altruista la llevó a extender su apoyo más allá de su familia inmediata. Juana se involucró activamente en ayudar a los necesitados, brindando dignidad a familias empobrecidas, acompañando a enfermos y trabajando para la liberación de presos. Su labor filantrópica refleja una vida entregada al servicio de los demás, impulsada por su fe y un inquebrantable compromiso con la justicia social (Rodríguez, 2021).

En 1607, fiel a su vocación de servicio, Juana fundó la Compañía de María, una institución dedicada a la educación de niñas, promoviendo no solo la formación intelectual, sino también la espiritual y ética, con un enfoque en la dignidad humana. Este legado perdura hasta la actualidad, constituyéndose en un ejemplo de cómo el compromiso personal puede transformar la vida de las personas y las comunidades.

Responde las siguientes preguntas:
Juana de Lestonnac ama la vida no sólo porque es un regalo de Dios sino también porque al amar a las personas alrededor suyo es feliz.
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Bibliografía
Vida ilustrada de Santa Juana de Lestonnac. Recuperado de http://laensenanza.com/web/index.php?option=com_content&view=article&id=75&Itemid=59
Cantero, Dany. (2012). Proyecto Educativo Compañía de María. Recuperado de http://es.slideshare.net/dcamon/presentacion-proyecto-educativo-tres-aos-revisada
García, P. (2018). Juana de Lestonnac y la Compañía de María: Una historia de fe y educación. Editorial Pontificia.
Martínez, R. (2020). La familia y la fe en la vida de Juana de Lestonnac. Ediciones Teológicas.
Rodríguez, L. (2021). El legado de Juana de Lestonnac: Compromiso social y espiritualidad. Revista de Historia Religiosa, 45(3), 15-29.

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